La Costa Brava ha sido un destino improvisado y un viaje de última hora. Hacía muchos años que visité algunos pueblos de la Costa Brava y tenía muchas ganas de volver con Carlos, pero haciendo un recorrido en condiciones, y este fue el momento perfecto.
Después de unos cuantos viajes en avión (mejores y peores), nos volvemos a subir al coche porque nos esperan 8 horas de ruta y puedo volver a decir que siento esas mariposillas de comenzar una nueva aventura, como si fuera la primera vez que salgo de casa... porque no es necesario irse a la otra punta del mundo para tener unas vacaciones inolvidables.
Madrugamos para llegar a una hora decente a nuestro destino y aprovechar el día. Es noche cerrada y además no para de llover. Nos tomamos el café en casa, cargamos las maletas y nos ponemos en marcha rumbo a la Costa Brava, nos esperan más de 8 horas de viaje.
1º parada a las 7:30 de la mañana ya de día, como siempre que subimos: Sagunto. Siempre traemos un pequeño sándwich para desayunar porque no me gustan nada esas estaciones de servicio que hay por todo el Levante: poco, mala calidad y muy caro, pero otro café no lo perdonamos. Por suerte el día estaba nublado y no hizo calor. Pasamos Valencia y Castellón hasta la siguiente parada:
2º parada: área de servicio en Tarragona. Esta parada ya no la conocíamos de antes porque esta ruta ya es nueva para nosotros. El entorno pasó a ser muy verde y como ya era buena hora, estaba lleno de franceses, porque ya estábamos cerca de la la frontera. Seguimos el camino del tirón: la siguiente parada ya era nuestro destino: la Costa Brava.
De repente, la autovía por Barcelona estaba rodeada de un verde denso que nos ha sorprendido. Tanto verde promete ¡nos encanta el verde! :)
Dejamos la autovía para tomar una nacional que serpenteaba montaña arriba por un bosque y en dirección al mar: llegamos a la comarca de La Selva, (nos gusta La Selva!) ¿Dónde nos dirigimos? al encantador pueblito de Tossa de Mar.
La vegetación era muy frondosa e inundaba el paisaje. Aunque siempre nos gusta viajar donde hay verde, siempre nos sorprende bastante porque venimos de secano puro. La carretera subía hacia arriba y poco a poco se iba estrechando. ¿No íbamos a la costa? pues sí, pero primero había que disfrutar de todo este entorno de monte y bosque inesperado.
► Qué ver y qué hacer en la Costa Brava
Llegamos a un pueblo de costa no demasiado grande, pero lleno de gente (porque era sábado). Y ya habíamos llegado, por fin!! nuestras ansiadas vacaciones, nuestro primer día de viaje, como fuera... iba a ser de 10, y por ahora todo nos estaba gustando mucho. Deseando tomarme mi primera caña de las vacaciones estaba yo.
Aquí en Tossa hacemos nuestra primera estancia de 2 noches y necesitamos aparcar, pero es verano y es sábado. Acabamos en un parking que era un solar de tierra sin techado, pero barato (10 € por día). No nos quedaba otra porque es imposible aparcar aquí, al menos un sábado en hora punta, pero menos mal que lo teníamos a 5 minutos del hotel.
► Nuestro hotel 4* en Tossa de Mar
Nuestro hotel es un 4* reformado y céntrico, a tan solo 5 minutos de la playa. Lo ofrecemos en la agencia de viajes y lo queríamos conocer en persona porque en Tossa de Mar tampoco hay mucho más donde alojarse (y los aptos turísticos para nosotros no cuentan). Aunque es cierto que tal vez éramos los únicos españoles del hote. Pero nos gustó el hotel.
Hicimos el check-in, subimos las maletas a la habitación (un poco pequeña, pero todo correcto), nos acomodamos y bajamos al bar del hotel a por nuestra tan deseada cerveza de la libertad. Por fin inauguramos nuestras vacaciones de manera oficial en la piscina del hotel... aunque el clima no acompañara para darse un chapuzón. De hecho... empezó a llover cuando nos comíamos los bocatas que trajimos de casa (y sí, cuando nos acordamos de preparar bocatas somos muy ahorradores).
Fue la excusa perfecta para subir a la habitación a echarnos una siesta, recuperar las horas de sueño y dejar que pasara la lluvia... o eso nos habría gustado porque al despertarnos la lluvia se había convertido en una cortina de agua... ¿y qué hicimos? pues salir porque es nuestro primer día de vacaciones.
Sin paraguas ni chubasquero (algunas de las muchas cosas que se nos han olvidado en este viaje). Hemos decidido salir a pasear y conocer el pueblo bajo la lluvia... al fin y al cabo es sábado y es nuestro primer día de vacaciones.
Todo era tan mediterráneo... calles blancas, pinos, cafeterías, el suelo mojado y olor a lluvia… no importa, nos está gustando bastante este pueblo, incluso con lluvia. Llegamos a la playa y el chiringuito estaba cerrado, toda la arena mojada, nubes oscuras en el mar y algunos turistas desorientados como nosotros. Así que decidimos tomarnos un café en una terraza cubierta al lado de la playa, a ver si despeja un poco aquella tarde lluviosa.
Y así fue: cuando dejó de llover proseguimos nuestro paseo de calles mojadas y entramos a la zona peatonal, sin apenas gente, llena de tiendas de artesanía, accesorios, ropa playera... todo me recuerda mucho a Dalt Vila en Ibiza, pero creo que Tossa ya me gusta más.
Y de callecitas blancas cruzamos por la muralla a un casco antiguo medieval: la Villa Vella y su recinto amurallado es lo más bonito del pueblo. Parecía que no iba a llover más, así que volvió la vida a las calles mojadas y todo se llenó de gente.
Tossa de Mar son callejuelas encantadoras y suelo de piedra, ventanas llenas de flores, ambiente bohemio, pequeños bares con terracitas secretas, tiendas de souvenirs.. es todo lo que se enconde en esta zona amurallada. Salimos a la parte más alta del peñón para visitar el faro y la iglesia semiderruida de San Vicente, y la verdad que tras la lluvia quedó una tarde preciosa para mis fotos.
Por la noche los restaurantes se llenaron de gente para cenar y nosotros descubrimos una tasca de vascos donde nos tomamos una cañita pre-cena: Eguzkilore Euskal. La barra de pintxos nos gustó demasiado pero teníamos la cena incluida en el hotel (una cortada de rollo, vamos). Nos quedamos con las ganas, pero hay que ahorrar.
Cuando llegamos al hotel para la cena ya era tarde y fuimos con lo puesto; ni una ducha nos dimos. El restaurante buffet de nuestro hotel estaba hasta arriba de gente (era Sábado) y la verdad que yo me agobié un poco. Había que hacer cola para coger cualquier cosa y había un ruido muy molesto.
Sin embargo, la cena estaba muy buena. La comida era variada y de buena calidad. Todo tenía muy buena pinta y después de probarlo, lo confirmamos. Por el precio de la noche en este hotel con cena y desayuno incluido: merece la pena el ahorro en esta ruta que tenemos programada por la Costa Brava.
Después de la cena subimos a ducharnos a la habitación para salir de nuevo a dar una vuelta y tomar algo. Teníamos ganas de encontrar algún garito de rock y tomar unas cervezas, pero la verdad que con el buffet no había cerveza que nos entrara. Además seguíamos cansados del viaje, así que tomamos una sola cerveza en un pub del centro y nos fuimos pronto a descansar. Vale, es el primer día de nuestras vacaciones, pero tampoco hay que apretar que quedan muchos días!! y para el día siguiente teníamos programado visitar la ciudad de Girona. Y nos fuimos a dormir... mañana más!
No hay comentarios:
Publicar un comentario