Cuarto día del que va a ser mi circuito por Irlanda. Hoy mi compañera y yo hemos preparado una sorpresa para los clientes del tour. Aunque en nuestro recorrido no viene programada la visita de Derry-Londonderry, hemos organizado la tarde para incluirla, ya que es mucho más interesante que la que viene indicada en el programa: Letterkenny.
Nunca había estado en Derry (o Londonderry según se lea la historia). Ni siquiera tenía nada preparado porque no tenía ni idea de que podríamos sacar esta excursión de la chistera. Aun así, aprendí a conocer y preparar una visita la noche anterior (ya que Derry, con 85.000 habitantes, tampoco es una ciudad demasiado grande y es muy fácil de conocer, menos mal). Aunque su historia sí es bastante compleja y merece una atención especial. Nunca visites Derry si no conoces su historia, no vas a entender nada.
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| El Guildhall, Derry (Irlanda del Norte) |
El driver nos dejará en el Guildhall y de ahí parte mi visita a pie. El Guildhall es el ayuntamiento y el edificio más bonito de la ciudad, del año 1890. Además era importante que retuviera y conociese la ciudad bien porque a partir de ahora (si me apetece) podría incluir la visita de Derry en los tours, y así lo pienso hacer. Una visita práctica para las próximas semanas.
Sin embargo, aunque Derry es mucho más interesante que Letterkenny, es cierto que esta visita no tiene mucho sentido si no pones un contexto histórico; si no conoces lo que ocurrió aquí. Derry no es la ciudad más bonita del mundo, pero tiene mucha personalidad y es importante saber que ha sido escenario de momentos muy críticos de la historia de Irlanda y conviene conocerlos bien.
Así que aquí comienza mi primera toma de contacto con la ciudad de Derry. El Guildhall, además de ser un edificio precioso, tiene baños públicos y en visitas posteriores descubrí que es la parada más bonita para baños de todo el viaje. El salón de la planta de arriba es una joya que me dejó con la boca abierta la primera vez que lo vi. Luego tuve un rato libre en que me dediqué a conocer por mi cuenta la old town y sus murallas, la catedral protestante de San Columba y el Puente de la Paz.
Siempre visito esta ciudad los viernes por la tarde y la verdad que tiene un ambiente bastante tranquilo. El turismo es casi inexistente y apenas se oyen pubs con música en directo, pero debemos entender que es una ciudad que se empieza a abrir ahora al mundo. Aproveché para pasear por sus calles empinadas y ver la vida local (que de esa sí que tiene, y mucha), la arquitectura y sus puertas que siempre me fascinan y no puedo dejar de fotografiar.
Crucé una de las cuatro puertas de entrada de la muralla (Shipquay Gate) y subí por la calle con el mismo nombre. Con una buena cuesta para empezar, es la que sería la calle principal de la old town. La cuesta termina en el monumento de las guerras mundiales The Diamond y continué subiendo un poco más hasta la catedral, que casi siempre está cerrada.
Un par de veces paseando con los clientes por la ciudad, conseguimos entrar a la catedral de San Columba y la verdad que no deja indiferente. Prometo que dentro de la catedral hay maquetas de barcos, trenes y uniformes militares. Conmemoran a la ciudad como puerto naval comercial, el desarrollo de la revolución industrial y ferroviaria en Derry, y a todos los trabajadores que sirvieron a la comunidad.
La tercera visita ya fue la vencida: imagina la situación entrando en la catedral con un grupo de 50 personas a quienes yo quería mostrarles con entusiasmo las maquetas de trenes dentro de una catedral... y de repente aparece un trabajador que se dirige a mi apresurado y cabreado, hablando en un inglés rápido que apenas pude comprender.
- ¡Cómo se me ocurre entrar sin pedir permiso! - (pues la verdad que tenía razón, pero las veces anteriores fuimos poco a poco... y ya entramos con toda confianza). No podíamos entrar así, los grupos tienen que pagar un precio de 3 libras y hacer una reserva previa (pero si entras por libre no).
Pero, a ver... doy fe de que casi siempre está cerrada y cuando rara vez abre, cierra sin previo aviso y dejan a la gente dentro sin dar explicaciones. A mi mismamente me pasó con un grupo... yo ya estaba fuera esperando y cerraron la puerta, dejando a 15 personas de mi grupo encerradas. Fue gracioso, no lo voy a negar (pero perdimos mucho tiempo en la visita).
Mi paseo continua alrededor de la catedral y viendo su cementerio o churchyard, con tumbas de una antigüedad de hasta 1642 (confieso que no sé cuál es, así que prometo buscarla en mi próxima visita). Y de ahí subí a la muralla (por Bishop's Gate). Aquí ya estamos cerca del que, para mi, es el mirador más bonito de Derry, aunque también un punto muy simbólico. Aquí se encuentra el bastión, con los cañones apuntando más allá de las murallas, donde ahora se encuentra el barrio del Bogside.
Desde aquí podemos ver todas las casitas de colores del barrio, casi toda la avenida Roseville St donde se encuentran los murales católicos de Derry también conocidos como la People's Gallery y la catedral católica de San Eugenio, con esa aguja alta. Hay que hacer un ejercicio mental para imaginar todo lo que ocurría en esas calles en las décadas de los 60 a los 90 durante el conflicto. Protestas, bombas, disparos, tanques, piedras, cócteles molotov...
Este punto me encanta. Hoy día es la parte más bonita del paseo que les doy a los clientes, y de ahí ya recorremos la muralla en dirección al río y regresamos al Guildhall. Después les indico cómo llegar a los murales para que vayan por libre, porque también me gusta reservarme un rato libre para investigar por mi cuenta... aunque después siempre acabo haciendo lo mismo: me tomo un café carísimo en el Guildhall y cruzo el puente para ver el río, otro de los lugares más agradables de Derry.
La primera vez que vine a Derry no me atreví a profundizar en los murales porque no tenía una buena base sobre ellos y me parece un tema muy serio que hay que abordar con bastante respeto. En ocasiones posteriores pude hacer una escapada a pie y tomar nota... y la verdad que impresionan bastante.
Me cuesta imaginar todo lo que aquí sucedió y pensar que esa misma gente es la que sigue viviendo aquí. Los murales son imágenes de violencia, de peligro, de terror... pero son los sucesos que se dieron allí, es lo que les tocó vivir y no quieren que se vuelva a repetir. Por eso lo pintaron en murales enormes, para no olvidar. Todavía tengo el reto de poner a la gente en el contexto de la rabia y el miedo que vivían aquí los vecinos y vecinas del Bogside (y no siendo simples turistas espectadores). Mi objetivo es que la gente se vuelva a casa pensativa y reflexione.
Es todo tan complejo que voy a dejar aquí algunas fotos que hice de los murales, pero dedicaré un artículo especial al contexto y la temática de cada uno de ellos porque merecen una mención especial. Por lo que tengo entendido, tanto en Derry como en Belfast, la situación sigue en silencio bastante tensa.
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