Qué ver en Lisboa


A orillas del Atlántico, situada entre colinas y atravesada por el río Tajo se encuentra Lisboa, la capital lusa. A lo largo de los siglos la ciudad fue testigo de una emocionante historia de épocas de esplendor y tragedias: reyes, navegantes y descubridores, colonias en las indias, riquezas y hasta un terremoto que dejó la ciudad desolada hace doscientos años.  

A pesar de ello la ciudad brilla con una luz especial y sus calles son alegres, bohemias y llenas de arte, colores y fachadas de azulejos. Cada uno de sus barrios tiene una personalidad y un encanto que te atrapa e invita a recorrer sus empinadas calles en busca de las mejores vistas a la ría y al casco antiguo. Cada rincón con encanto, callejuelas por donde circulan pintorescos tranvías de postal, lugares donde se come bacalao de maravilla y por las noches se escucha fado. Prepara unos cuantos días para recorrer una de las ciudades más encantadoras e interesantes de Europa ¿preparadx?



Barrio de Alfama en Lisboa

1. Praça do Comercio: es una de las plazas más espectaculares que puedas ver en el mundo. Está situada a orillas del río y durante siglos fue la puerta a la ciudad. Fue construida justo después del gran terremoto de Lisboa en 1775 y desde aquí, Lisboa se abría paso al comercio marítimo del mundo entero. Ahora es uno de los lugares imprescindibles y más alegres que visitar, a cualquier hora del día.

2. Sé de Lisboa: es la iglesia y catedral más antigua de la ciudad. Predomina su estilo románico y austero, con sus campanarios en forma de torreón que recuerdan a una muralla defensiva de la Edad Media (aunque tiene pinceladas del gótico temprano). La catedral ha sobrevivo a numerosos acontecimientos, entre ellos el gran terremoto, y sufrió una importante reforma. Recomendamos visitar también su claustro en plena restauración, las ruinas y su tesoro.

3. Torre de Belem: fue construida a principios del siglo XVI como torre defensiva y también sirvió como faro y centro de aduanas posteriormente. Esta zona está bastante alejada del centro por lo que tendrás que llegar en....  No olvides buscar la deteriorada gárgola del rinoceronte, el primero en llegar a Portugal desde la India en el año 1513. Visítala por dentro solo si cuentas con tiempo de sobra. 

4. Puente 25 de Abril: construido en 1966, es muy similar al Golden Gate de San Francisco porque la empresa constructora norteamericana era la misma. El nombre viene dado posteriormente por la fecha exacta del día del golde de estado: la Revolución de los Claveles. Se puede cruzar en vehículo propio (pagando un pequeño peaje) o tren. Ver un atardecer desde el otro lado del puente con vistas a la ciudad es una experiencia única.

5. Barrio Alto: calles alegres, bohemias y alternativas. Las calles fotogénicas de Lisboa por excelencia con sus grafitis, sus tranvías y su ropa tendida. Camina por la Rua da Bica o toma su elevador para conseguir la postal más auténtica de Lisboa y sus tranvías. También es una zona muy buena para salir a tomar algo por la noche, cenar y disfrutar de un espectáculo de fado.

Tranvía por las calles de Alfama, Lisboa

6. Recorrer la Rua Augusta: es la elegante avenida que une las dos plazas más importantes y animadas de la ciudad. Es una calle peatonal, adoquinada y muy alegre, coronada por el impresionante Arco da Rua Augusta. Repleta de restaurantes turísticos, hoteles, tiendas de moda y mucho ambiente. Uno de mis lugares favoritos de Lisboa.

7. Elevador de Santa Justa: es un ascensor de madera con hierro forjado de estilo neogótico precioso, que une el barrio de la Baixa con Chiado. Su construcción data del año 1902, aunque a día de hoy su uso es exclusivamente turístico. Para completar el atractivo de este ascensor, se ha construido un mirador en la parte de arriba, desde donde se obtienen unas vistas increíbles de la ciudad.

8. Probar los pasteles de Belem: el secreto mejor guardado de Lisboa. Estos dulces de hojaldre con crema ya han traspasado fronteras y es muy fácil encontrarlos en cualquier supermercado. Sin embargo, nada como probar la receta original del lugar donde fueron creados. Acompaña cada café con uno de estos, y no olvides probar los de la pastelería original.

9. Mirador de Santa Lucia: es un lugar encantador e íntimo, con pequeños jardines y buganvilla, bancos de azulejos portugueses y unas vistas pintorescas al barrio de Alfama y a la ría. Es un lugar muy agradable para pasar la tarde aunque siempre está hasta arriba de gente. Justo al lado también hay una pequeña cafetería con vistas en Portas do Sol.

10. Subir en el tranvía 28: una de las cosas que hacer en Lisboa es utilizar uno de sus famosos tranvías y qué mejor que elegir el 'recorrido clásico' (el nº28): Barrio Alto, Alfama y Castillo de San Jorge, la Catedral, Chiado... un recorrido panorámico por la ciudad que te encantará. Para que el precio del billete te sea rentable, esta actividad te llevará todo el día: compra el billete ilimitado 24 h. y visita la ciudad y sus barrios en tranvía.

Castillo de San Jorge, desde el mirador de San Pedro de Alcántara (Lisboa)

11. Praça do Rossio: situada en el otro extremo de la Rua de Augusta, se encuentra la plaza con más vida de la ciudad. Tiendas, cafeterías, restaurantes y el Teatro Nacional. Desde esta plaza también comienza un coqueto bulevar arbolado con tiendas de las marcas más exclusivas: la Avenida de la Libertad. Es una buena zona para alojarte si visitas la ciudad.

12. Mirador de San Pedro de Alcántara: en el Barrio Alto se encuentra uno de los mejores miradores con vistas panorámicas a toda la ciudad. Es una plaza ajardinada con fuentes, quiscos, música en directo y mucho encanto. Un lugar ideal para pasar la tarde, descansar y tomar algo al fresco. Por la noche también tiene un encanto especial. 

13. Convento do Carmo: son las ruinas de lo que fue el convento de estilo gótico más importante de Lisboa. Tras el terremoto de 1755 el templo se vino abajo quedándose sin cubierta y posteriormente se empezó a reconstruir, pero se quedó a la mitad. 

14. Castillo de San Jorge: es uno de los emblemas de Lisboa con más historia y otra visita muy interesante. Este castillo, situado en lo alto de la colina de San Jorge, fue construido por los visigodos en el siglo V y modificado por los moriscos siglos después. Las vistas desde lo alto son fantásticas y las callejuelas del barrio de Alfama también.

15. Tomar un café: una institución portuguesa, una buena materia prima y gran influencia de Brasil. Así son los cafés portugueses: bien preparados, intensos y de calidad, donde no hay lugar para quienes prefieren un té. Toma café en todas partes y no olvides visitar el Café a Brasileira o Nicola, dos de las cafeterías más antiguas de la ciudad (Nicola con más de 200 años de historia) con un estilo art deco que te transportará al tiempo de las colonias.

Monasterio de los Jerónimos en Belem, Lisboa

16. Monumento a los Descubrimientos: es un impresionante monumento situado cerca de la Torre de Belem. Tiene forma de carabela portuguesa, con nada menos que 52 metros de altura, y conmemora el quinto centenario de la muerte de Henrique el Navegante, descubridor para Europa de las Islas Azores, Madeira y Cabo Verde. En el suelo hay un gran mosaico con una rosa de los vientos y un mapa mundi perfectamente visible desde lo alto del monumento.

17. Un espectáculo de fado: el fado es la expresión musical portuguesa más conocida. Como el flamenco para nosotrxs. De origen melancólico, nostálgico y fatalista, el fado nació en el siglo XVIII en las tabernas de los barrios más humildes de la ciudad que lloran por una gloria y un poder que se perdió. Cenar con un espectáculo de fado no es caro si se callejea un poco y se sale de las zonas más turísticas.

18. Monasterio de los Jerónimos: es una visita imprescindible de Lisboa, por no decir la que más. El monasterio se construyó durante todo el siglo XVI para conmemorar el regreso de Vasco da Gama de la India y es aquí donde se encuentra la tumba del navegante. Tanto la iglesia como el claustro y su exterior son una maravilla arquitectónica de estilo Manuelino (un gótico particular portugués) que te dejará con la boca abierta. 

19. Museo dos Coches: una visita muy recomendable porque alberga una de las colecciones de carruajes históricos más importantes del mundo. Desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, desde carrozas pertenecientes al Papa del barroco italiano, hasta la carroza de Felipe III de España (la más antigua de la colección). Es una colección que se visita rápido, en mi opinión algo caro, pero muy bonito para visitar.

20. Puente Vasco da Gama: fue construido para la Expo de Lisboa en 1988 y tiene nada menos que 12 km de longitud (era muy necesario). Está alejado del centro de Lisboa y conecta la parte más ancha de la ría del Tajo. En los días de poca visibilidad ni siquiera se ven los extremos. Conmemora el quinto centenario de la llegada de Vasco da Gama a la India en el año 1498.

20 + 1. Una excursión desde Lisboa: aunque Lisboa ya da para una escapada bien completa de varios días, no hay que obviar los alrededores. Te recomendamos reservar un día para hacer una excursión y visitar otros lugares. Desde Lisboa hay muchas opciones, así que, escoge como mínimo un lugar para visitar fuera de Lisboa ¡te va a encantar! .

Lisboa me sorprendió; es una de las ciudades europeas que más me han gustado por su luz y su color. Repleta de monumentos, cafeterías y barrios encantadores. Además se puede combinar con infinidad de excursiones de un día. ¿Conoces la capital lusa? ¿Qué te parece?


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